martes, 16 de mayo de 2017

Boca Abierta

¿Cuáles son las verdades que debemos decirnos a nosotros mismos y cuáles las que podemos compartir con los demás?
“Con el fin de nadar, uno se desnuda: con el fin de aspirar a la verdad, uno tiene que desnudarse en un sentido mucho más interno, despojarse de toda su ropa interna, de sus pensamientos, conceptos, egoísmos, etc., antes de quedar suficientemente desnudos.”
* Soren Kierkegaard
Me causa gracia el término que a menudo escucho: “sincericidio”. Creo la palabra quiere decir algo así como “tirarle al otro todo lo que uno piensa sin filtro y además aseverar que lo que se dice, es la pura verdad”.
Las verdades que nos susurra el intelecto sólo son verdades a medias, razonamientos que nos parecen reales, pero sólo son la ilusión que nos hechiza y nos hace creer que estamos comprendiendo. Pero nosotros las decimos confundiendo pensamiento con certeza.
Las verdades son los hechos que nacen de la sabiduría, de la conciencia iluminada y del auto-conocimiento. La sabiduría es la cordura, la ecuanimidad, el equilibrio, la paz interior lograda a partir de no negar los conflictos ni las sombras. La sabiduría no nos lleva a verdades cerradas, perfectas y frías, sino al gozo, la calidez, la bondad, la compasión, el amor.
Por lo tanto, la sabiduría no es la cualidad que se adquiere acumulando datos, eso es conocimiento.
La sabiduría proviene del proceso que asienta sus bases en las verdades compartidas por todos, y por ello las únicas que podemos autorizarnos a comunicar a los demás con un respeto profundo por lo que el otro esté dispuesto a escuchar.