martes, 9 de enero de 2018

Lo que esperamos.


Y entonces…

¡Ah!, ese día, abriremos los brazos sin temer que el instinto nos muerda los garrones,
ni recelar de todo, hasta de nuestra sombra; y seremos capaces de acercarnos al pasto, a la noche, a los ríos, sin rubor, mansamente, con las pupilas claras, con las manos tranquilas; y usaremos palabras sustanciosas, auténticas; no como esos vocablos erizados de inquina que babean las hienas al instarnos al odio, ni aquellos que se asfixian en estrofas de almíbar y fustigada clara de huevo corrompido; sino palabras simples de arroyo, de raíces, que en vez de separarnos nos acerquen un poco o mejor todavía guardaremos silencio para tomar el pulso a todo lo que existe y vivir el milagro de cuanto nos rodea, mientras alguien nos diga, con una voz de roble, lo que desde hace siglos esperamos en vano.

sábado, 6 de enero de 2018

Julio

"Por lo demás hay que ser un poco imbécil, un poco poeta, hay que estar en la luna de Valencia para perder más de cinco minutos con estas nostalgias perfectamente liquidables a corto plazo."